El Bosque de Oma se puede visitar desde este viernes únicamente en visitas guiadas con cita previa. Son dos turnos diarios, de lunes a domingo, a las 10.30 y 12.30 horas, hasta el 11 de septiembre de este año. Los visitantes tendrán la suerte de poder ver en primera persona el proceso de pintado de la nueva ubicación del Bosque de Oma, que albergará en más de 700 árboles los 33 conjuntos ideados originariamente por Ibarrola para conformar esta obra. Este verano se pintarán los primeros 14 conjuntos de los que consta la primera fase del proceso de pintado, entre ellos los más conocidos y extensos de Agustín Ibarrola, y los trabajos culminarán a finales del verano de 2023, cuando está previsto que se concluya el pintado de los otros 19. «La labor llevada a cabo por la Diputación Foral de Bizkaia de la mano de un equipo multidisciplinar liderado por el profesor de la UPV-EHU Fernando Bazeta permite dar continuidad a la obra de Agustín Ibarrola», explica la Diputación en una nota de prensa.
El Bosque de Oma está inmerso en la primera fase del traslado de la obra a la nueva ubicación. Este proceso de pintado se podrá conocer de primera mano a través de las visitas guiadas que la Diputación Foral de Bizkaia organizará a partir del próximo 25 de julio. Para poder entrar al Bosque de Oma es indispensable realizar la reserva previa a través de este teléfono 94 465 16 57. Se organizarán dos visitas de lunes a domingo en horario de mañana, a las 10.30 y 12.30 horas, hasta el 11 de septiembre de este año.
La diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Lorea Bilbao Ibarra, junto al profesor de la UPV-EHU y coordinador del equipo multidisciplinar Fernando Bazeta, y el hijo de Agustín Ibarrola, José Ibarrola, ha realizado esta mañana la visita al Bosque donde ya se pueden ver trazos de conjuntos como: ‘La línea horizontal’, ‘Invitación al beso’, ‘Relación cóncavo convexo’, ‘A modo de Equipo 57’, ‘Ojos’, ‘El rayo atrapado’, ‘El arcoíris de Naiel’ o ‘Marcha de la Humanidad’. Este proyecto nace del exhaustivo trabajo de investigación y relectura de esta obra de Ibarrola realizado por el equipo multidisciplinar que lidera Bazeta por encargo de la Diputación Foral de Bizkaia y que va a permitir presentar una obra que recoge la idea originaria del artista, ya que algunos de los conjuntos tomarán mayor dimensión, algo que Agustín Ibarrola en su día no pudo realizar. El Bosque de Oma estará completo, albergará todos los conjuntos artísticos documentados que han existido en El Bosque.



El Bosque de Oma no es una réplica, sino que es el traslado de la idea de Agustín Ibarrola a un nuevo lienzo, más amplio, en el que vuelve a aflorar con conjuntos artísticos recuperados y más extensos. Ya ha comenzado a materializarse este proyecto innovador, complejo y a la vez ilusionante e importante para Bizkaia. Donde había un problema, la Diputación Foral de Bizkaia de la mano de un gran equipo de personas expertas, ha encontrado una solución dando así continuidad al Bosque de Oma. La idea de Agustín Ibarrola continúa. Además de una visión más completa del proyecto artístico, se ha aprovechado la oportunidad para actuar sobre aspectos como la gestión y mantenimiento del Bosque que garanticen la sostenibilidad del mismo; la accesibilidad tanto física como a través de una mejor conectividad; la difusión con la incorporación de un nuevo folleto y una nueva web o la incorporación de las visitas guiadas y la redacción de nuevos contenidos; o la gestión de las emergencias, así como la disponibilidad de un mayor espacio que permita acoger sin problemas los miles de visitantes que anualmente se espera visiten el Bosque. Y todo ello redundará en la mejora de la visita al bosque, y facilitará a las y los visitantes impregnarse de la magia de la obra de Ibarrola.
En estos momentos el Bosque de Oma encara la primera fase del proceso de pintado. Como consecuencia de la investigación pormenorizada se ha realizado una relectura del Bosque que ha derivado en un proyecto compuesto por 33 conjuntos artísticos plasmados en más de 700 árboles. Con este proyecto puesto en marcha por la Diputación Foral de Bizkaia y gracias a la labor del equipo encabezado por Fernando Bazeta se han corregido conceptos, títulos inadecuados y se ha conseguido definir de forma precisa los elementos que componen cada uno de esos conjuntos y también su significación.
Así mismo, la incorporación de un mayor número de árboles pintados a varios conjuntos artísticos como ‘Ojos’, ‘Círculos de colores’, ‘Ritmos Envolventes’ y ‘Animales del Bosque’ completan estos en las dimensiones y características en que los ideó el artista en su diseño de origen y la recuperación de otros tres conjuntos ya perdidos -‘Mezquita de Córdoba’, ‘Homenaje al Roble’ y ‘Amenaza nuclear’- permite disfrutar del total de la obra del Bosque de Oma. Estos conjuntos se perdieron en el año 1989 por la tala realizada por los propietarios de los terrenos en aquella época.
Dos fases
El proyecto creativo se completará en dos fases. La primera de ellas viene desarrollándose desde finales de junio a octubre de 2022 y acabará con el traslado de los primeros 14 conjuntos: los conjuntos que sirven de entrada al espacio (‘Invitación al beso’, ‘El rombo amarillo’); el primero que pintó Ibarrola (‘La línea horizontal’) y otros convertidos ya en icónicos y populares, como ‘El Arcoíris de Naiel’ y ‘Ojos’. Alguno de ellos implica una especial complejidad técnica como es el caso de ‘El rayo atrapado’. Durante estos meses de verano se pintarán, además, ‘Relación cóncavo convexo’; ‘A modo de Equipo 57’; ‘Horizontal, diagonal, vertical’; ‘Verticalidad y su movimiento’; ‘Marcha de la humanidad’; ‘Animales del bosque’; ‘Amenaza nuclear’ y ‘Te quiero’.
Respecto al número de árboles, en esta primera fase se pintarán la mayor parte de los más de 700 árboles con los que finalmente contará el Bosque. Ya en la segunda fase, se prevé que se desarrolle de mayo a septiembre de 2023 y acabará con el traslado de los 19 conjuntos restantes para completar el total de 33. Se trata de los siguientes conjuntos: ‘Mezquita de Córdoba’; ‘Homenaje al roble’; ‘Minimal’; ‘Rúbrica’; ‘Los motoristas’; ‘Homenaje al Greco’; ‘Puntillismo’; ‘La llama’; ‘Círculos de colores’; ‘Composición naranja y violeta’; ‘Homenaje a Malevich’; ‘El círculo’; ‘Torsión de líneas blancas’; ‘Diagonal bidimensional’; ‘Ritmos envolventes’; ‘Curva, contra curva’; ‘Círculos abiertos’; ‘El gigante rojo’ y ‘Ondulación blanca’.
En el proceso de pintado se utiliza pintura inocua y se ha buscado respetar además el mismo tipo de pintura que utilizó el artista. Para disponer de la composición exacta, ya fuera de los canales de comercialización, ha sido necesario contactar con una firma comercial que ha elaborado dicha mezcla de forma exclusiva para este proyecto. Respecto a la técnica empleada se ha respetado también la misma forma en la que el autor plasmó los conjuntos, esto es, una primera labor de identificación de los espacios más adecuados para cada conjunto, el visionado de los espacios y las perspectivas apropiadas, la realización de bocetos in situ, para pasar finalmente al pintado manual de los mismos. En todo este proceso, el equipo dirigido por el profesor Bazeta, ha contado además con el inventario confeccionado por el equipo en el año 2015 por encargo de la Diputación Foral de Bizkaia así como el proyecto de digitalización de las mismas, que ha permitido trasladar los conjuntos en sus medidas y características exactas.
Con la conclusión de esta segunda fase, se completará el total de más de 700 árboles con los que finalmente contará el Bosque de Oma, que tendrá un recorrido de más de un kilómetro. El Bosque estará más cuidado y será sostenible ya que el tratamiento y cuidados periódicos que se darán al elemento vegetal son más adecuados al ritmo bilógico del bosque, se respeta la vegetación original y se evitan tareas que puedan afectar a su biotipo vegetal. Al mismo tiempo, se controlará el estado de cada uno de los árboles con la monitorización individualizada en cada uno de ellos y se activará un sistema de seguridad para actuar en caso de incendio o para reaccionar ante situaciones de emergencia.
Además, para que las personas que lo visiten tengan una experiencia más agradable los caminos se acondicionarán con cortezas de pino y ciprés trituradas y se crearán zonas de descanso en el recorrido. Y con el objetivo de que la visita sea aún más fructífera, se indicarán los puntos donde las personas visitantes deberán colocarse para poder apreciar debidamente cada conjunto artístico. El Bosque contará con conectividad, lo que facilitará la utilización de recursos para hacer llegar a las personas que lo visiten referencias al artista o información para contextualizar la obra.
Equipo
Este proyecto de la Diputación Foral de Bizkaia cuenta con un equipo multidisciplinar formado para la adecuación y traslado de la obra, liderado por Fernando Bazeta. El equipo está compuesto por dos artistas plásticos, tres expertos en restauración, un especialista en Arte Contemporáneo Vasco de la UPV-EHU, un arquitecto de la UPV-EHU y dos arquitectos especialistas de la empresa Xortu, dos alumnas del grado de conservación y restauración de la UPV-EHU, y expertos forestales de la empresa foral Basalan. El proyecto cuenta además con el asesoramiento del servicio de patrimonio cultural de la Diputación Foral de Bizkaia y se está desarrollando con la ayuda de la familia Ibarrola.
Para materializar el traslado de la obra ha sido imprescindible tener en cuenta varios aspectos como la búsqueda de orografía similar, la equivalencia de sus puntos de perspectiva, la semejanza e igualdad en las densidades y profundidades de las perspectivas y el establecimiento de un diálogo similar entre los árboles pintados. Fernando Bazeta ha recordado que «La importancia artística del bosque reside en su capacidad de transmitir ideas, conceptos, sugerencias, reflexiones…»
Intenso trabajo
Los problemas detectados en el bosque que albergaba la obra de arte de Agustín Ibarrola hicieron que la Diputación Foral de Bizkaia, propietaria de la obra, comenzara un proceso para definir una solución ante la desaparición de un elemento convertido ya en un icono y en símbolo no ya sólo artístico.
Tras un periodo de consultas a diferentes personas expertas y conocedoras de la obra y del entorno físico, se decidió que la solución pasaba por el traslado de la obra a otro lugar de similares características al que había utilizado Ibarrola. Tras el análisis de varias alternativas, finalmente la Diputación Foral de Bizkaia optó por un espacio contiguo al anterior para albergar esta obra del artista vizcaíno, con el objetivo de dar continuidad a este conjunto pictórico.