Los años pasan factura sobre la pasarela de madera junto al Palacio Euskalduna. Esta estructura, concebida para dar continuidad al paseo de la ría hacia el Museo Marítimo y Olabeaga, tiene ya importantes achaques en las piezas de madera que recubren su superficie. El paso del tiempo y su exposición al aire libre han provocado que la madera se hinche y se levante, con incluso algún clavo que sobresale de forma peligrosa y algún que otro hueco entre las tablas.



Un desgaste que supone un peligro para los cientos de paseantes que cada día cruzan este pequeño puente para disfrutar del paseo más emblemático de la villa. También la firmeza de la superficie se ha visto mermada. La sensación al pisar encima es similar a la de hundirse en la arena, cuando debería ser firme en lugar de inestable. Sobre todo, teniendo en cuenta el peligro que puede suponer para las personas más mayores o con problemas de movilidad.



El Palacio Euskalduna y su entorno fueron inaugurados en febrero de 1999. Su pasarela de madera es un recurso arquitectónico para dar continuidad al paseo de la ría sobre el estanque que rodea al edificio, lo que permite crear la sensación de que el Palacio es un barco en construcción, como los creados en su día en los antiguos astilleros de Euskalduna.